Innovación: reto y necesidad empresarial del siglo XXI

Ante un entorno empresarial marcado por la globalización, los avances tecnológicos, los cambios de preferencias y comportamientos de los consumidores, la proliferación de nuevas competencias y los retos ambientales y sociales, la innovación se ha convertido en un elemento clave para la supervivencia, rentabilidad, competitividad y posicionamiento de las organizaciones.

A pesar de su rol en el tejido empresarial, ¿cómo pueden las empresas convertir esta necesidad en una realidad tangible?

Ningún sector está exento de innovar

Cómo apuntábamos en el pasado artículo , la innovación es y tiene que ser posible a cualquier ámbito económico, político, social o profesional; por lo tanto, los diferentes departamentos de las empresas, independientemente de su aportación al mercado, tienen que integrar esta innovación. Desde la investigación y el desarrollo hasta la gestión de recursos humanos, la innovación es esencial para mejorar la eficacia, la eficiencia y la competitividad de la organización en su conjunto.

Un claro ejemplo es la manera en que muchos equipos se reúnen. Antes los participantes tenían que concretar una fecha, espacio y hora concreta para compartir adelantos, problemas o cualquier aspecto que se deseara. En cambio, ahora hay una nueva manera de hacer reuniones, se pueden hacer de manera virtual sin la necesidad de estar todos en un mismo espacio, se pueden grabar para qué aquellos que no han podido asistir tengan la posibilidad de seguirla a su conveniencia, e incluso, se puede emplear la inteligencia artificial de ciertas aplicaciones para tomar nota de las reuniones, medir el porcentaje de participación de cada uno de los asistentes, etc.

¿Qué organización no se reúne para la puesta en común de los diferentes temas sobre la mesa? Ya lo decía Doblin con la definición de los “10 tipos de innovación”, hay diferentes maneras de innovar dentro de las organizaciones, por lo cual tanto empresas grandes, medianas, pequeñas, como startups, sin importar el sector en que se encuentran: logístico, farmacéutico, marketing, medios de comunicación, educación, TIC, sanitario, finanzas, y tantos más, todas pueden innovar en diferentes campos.

Otros casos de innovación pueden ser la redefinición de la propuesta de valor, del público objetivo, del modelo de negocio, la digitalización o mejora de los procesos, el reposicionamiento de una marca, el lanzamiento de nuevos productos o servicios, etc. La innovación está por todas partes y todo puede sufrir cambios, lo importante es adecuar la innovación a cada organización y posteriormente analizar los beneficios.

Del reto a la realidad

La innovación ofrece una oportunidad única para las empresas de anticiparse a los cambios del mercado, de adoptar cuando antes las tecnologías emergentes y de cumplir mejor que nadie con las necesidades y expectativas de los clientes. Sin embargo, conseguir que la innovación se incorpore a la cultura organizativa es un reto en sí mismo.

El primer aspecto para convertirla en una realidad es analizar los obstáculos, muchos golpes internos, que nos frenan en su adopción e implementación y los pasos necesarios para sobrepasarlos. Analizados los factores que frenan este proceso, las organizaciones ya pueden idear un plan de acción más concreto al resolver los obstáculos y lograr los objetivos planificados donde quieren innovar. Cada vez más, este cambio implica abandonar modelos de negocio tradicionales en la investigación de nuevas estrategias y procesos favorables a esta transformación. En este punto, es donde en Isotònia iniciamos los proyectos con los clientes, analizando su situación actual de manera transversal y holística, trazando de manera conjunta un camino para resolver los retos diagnosticados.

Establecimiento de objetivos y metodologías innovadoras

Por otro lado, una vez la organización detecta las principales vías de actuación, es crucial establecer unos objetivos claros y medibles, también conocidos como objetivos SMART (specific, measurable, achievable, relevant, timed). La definición de esta clase de objetivos impulsan la innovación de una manera concisa y orientada a los resultados. También habrá que trabajar con la fijación de otro tipo de objetivos a nivel organizativo o de seguimiento como son los OKR y los KPI, en los que iremos entrando con más detalle en próximas entradas de este blog bien seguro.

Además, para incentivar la innovación se pueden emplear diferentes metodologías como la mencionada anteriormente, Doblin, o las reconocidas y ágiles Lean startup, Design Thinking, la Blue Ocean Strategy o el método canvas con el lienzo de modelo de negocio como abanderado. La adopción de estas consolidadas metodologías abren nuevas vías en el análisis de modelos y procesos maduros, a la generación de nuevas ideas y a la consiguiente implantación de estrategias para la transformación y el cambio.

Estrategias

Aun así, introducir estos métodos y dinámicas en la empresa puede tardar su tiempo de adaptación. Promover la innovación en la empresa no solo consiste en generar nuevas ideas, sino también en crear un entorno propicio para su pleno desarrollo e implementación. El que denominamos cultura de la innovación.

Para fomentar la transición hacia esta culturización y adopción, esta puede venir acompañada de estrategias corporativas que impulsen programas de formación, mejora de la comunicación de los objetivos y desafíos estratégicos, la creación de equipos multidisciplinares y la colaboración con agentes externos, entre otros.

Beneficios de gestionar la innovación

Cuando menos, un aspecto crucial para conseguir la correcta implementación de la innovación seleccionada y motivar el equipo es transmitiendo los beneficios que esta innovación aportará a la empresa, independientemente de su medida o sector. Más allá de responder a los retos inmediatos y favorecer la adaptación al cambio, los principales beneficios son:

  1. Ventaja competitiva: la capacidad de identificar oportunidades, resolver desafíos y desarrollar nuevos productos o servicios únicos que te pueden posicionar como líder en el sector, obteniendo así una ventaja respecto a la competencia.
  2. Eficiencia operativa: mejorar en la comunicación e innovar con el uso de nuevas tecnologías puede optimizar y automatizar procesos u operaciones internas y reducir costes.
  3. Atracción y retención de talento: las organizaciones que fomentan una cultura innovadora son más atractivas tanto para profesionales con talento como para los mismos trabajadores, puesto que ven como tienen éxito y se les satisface y aumenta su compromiso.
  4. Incremento de la rentabilidad y crecimiento sostenible: innovar puede comportar la apertura de nuevos mercados o nuevas tipologías de clientes que faciliten un aumento significativo del retorno de la inversión. Además, facilitará el lograr estos éxitos a largo plazo gracias a su capacidad de adaptarse en el entorno empresarial cambiante.

Los proyectos  que hemos llevado a cabo con las empresas con las que trabajamos son claros ejemplos de los beneficios que reporta la integración e implementación de modelos de innovación en la empresa mediante la revisión de los modelos de negocio y cadenas de valor, reformulándolos para garantizar la sostenibilidad a través de la definición y priorización de áreas de negocio y proyectos potenciales, y poniendo siempre mucho énfasis en la gestión del talento y el posicionamiento de empresa.

Con este acercamiento preliminar pretendemos acercar e incentivar el papel de la innovación en las organizaciones, sea cual sea el tamaño o dedicación, a la vez que hacer un llamamiento a analizar las estructuras de nuestra organización para poder optar por la innovación a medida que el entorno y el contexto cambian a nuestro alrededor. De este modo, esta misma entrada espera servir de guía para aquellos que quieren innovar y no saben por dónde empezar; esta puede ser la señal que estabas esperando para iniciaros.

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